LA HEROICA VIAJES
viernes, 25 de abril de 2008
Villa Ocampo
Sobre las barrancas de San Isidro se eleva magnífica y majestuosa, la casa de Victoria Ocampo, una de las escritoras argentinas más reconocidas por su aporte cultural.
Rodeada de un jardín de jazmines, enredaderas y árboles nacionales y exóticos, la edificación manifiesta en todas sus expresiones, la diversidad cultural que disfrutó de sus habitaciones. Las fotografías que se encuentran en las salas dan testimonio del paso de ilustres músicos como el maestro Igor Stranvinsky, y hombres de las letras como Cortázar, Borges, Bioy Casares, Gabriela Mistral, García Lorca graham Green, Ortega y Gasset todos colaboradores de la revista Sur.
El paseo es reconfortante, inspirador, ¿quién no disfrutaría de la vida en esos jardines?. Nosotros llegamos a las tres de la tarde, y pudimos participar de una de las visitas guiadas que nos reveló secretos de la vida de la célebre Victoria, y de la sencilla Victoria. Recorrimos las habitaciones, el comedor, con su mezcla rebelde de muebles tradicionales de la historia patricia de nuestra ciudad, y esos detalles racionalistas que la dueña de la casa fue incorporando en su estilo inquieto y avanzado. La casa de techos altos, de curiosas mezclas de retratos antiguos con ornamentación despojada y clara, imprimió sello en la historia cultural de nuestro país, siendo el escenario de eventos de la literatura, del cine, de la música. Todo ese aporte puede sentirse en el legado escrito que encontramos en la revista sur, y en cada escritor que en su juventud recibió el respaldo de la señora Ocampo y que hoy forman las filas de los escritores embajadores de la cultura argentina, como Borges, Marco Denevi y otros.
Imposible no dejarse llevar por la casi leyenda de tantas reuniones en esa casa, tantas palabras y tantas letras. Es fácil verla sentada en los sillones o recorriendo el jardín con sus huéspedes. Y más dichoso se vuelve el paseo cuando la imaginación nos da la posibilidad de vernos entre esos hombres y mujeres de personalidades inquietas y profundas que visitaron la casa, compartiendo libros, música, ideas y discusiones.
Después de la visita nos quedó tiempo para disfrutar de un sándwich con ratatouille y escamas de parmesano en unos de los senderos del jardín que conducen al viejo eucalipto, que según nos contaron, sería uno de los árboles que Sarmiento incorporó a este suelo.
Antes de salir, compramos, en la tienda de la Villa, una primera edición de la revista sur de enro-junio de 1978, que quedó como remanente: “Diálogo de las Culturas”, y es la trascripción de una reunión convocada por la UNESCO y celebrada en la casa de Victoria Ocampo entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre de 1977, donde participaron autoridades y personalidades célebres de Argentina, Colombia, Estados Unidos, Fracia, Senegal y otros.
Esa reunión, que representó un aporte invaluable para el país y la UNESCO, se celebró en ese comedor de sillas de yute que visité el domingo pasado, increíble, no?
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