LA HEROICA VIAJES

miércoles, 14 de mayo de 2008

De Bogotá y otros dominios 2: La Leyenda del Dorado

Desde Bogotá salimos por la sabana hasta el camino de acceso a la laguna de Guatavita, un lugar habitado antiguamente por comunidades Chibchas, donde encontré mucho más que leyendas.
El paisaje es verde y polvoroso, cálido el ambiente y por suerte nos tocó un día soleado. Mucho se dice de la laguna, muchas son las historias que se cuentan. Yo escuché una y leí bastantes. El caso es que en alguna ceremonia chibcha, el cacique (o aspirante a serlo), se subía a una canoa llena de objetos de oro, y arrojaba a la laguna todos los regalos, como ofrenda para agradarle, y luego se sumergía él mismo y salía completamente dorado su cuerpo. La leyenda es compleja y minuciosa en los detalles, pero claro que eso a los españoles no les importó, y trataron de todas formas de “recuperar” los objetos (aunque en mi barrio se dice robar).
El recorrido es maravilloso, se bordea la laguna hasta un mirador en donde se la puede contemplar en toda su amplitud: una gran olla redonda redonda y con reflejos verdes y azules según le de el sol. Nunca vi tal perfección circular en la naturaleza.
El camino es de subida, escalando una escalerita de piedra reducida y escarpada, conviene llevar zapatos adecuados, y estar en buen estado físico!! Pero vale la pena de todas maneras.


Si hubiera podido me quedaba una o dos horas mirando la laguna, me hipnotizaba su forma nítida, su color, el silencio natural. Las fotos no pueden captar todo eso.
Después, el camino de regreso, bajando, es más fácil, aunque igual de polvoroso.
Guatavita, tiene su ciudad, típica de la zona, con su plaza colonial y sus artesanías.

El restaurant que elegimos era muy colorido, con malvones rojos y una fuente de piedra en el centro de un patio de baldosas. La temperatura bajó considerablemente al caer la tarde, así que aproveché para comprarme una ruana color curúa en la plaza.

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