El Quindío es la región geográfica de Colombia comprendida por los departamentos de Caldas (Manizales), Risaralda (Pereira) y Quindío (Armenia), que posee en sus 1961,8 Kms cuadrados de superficie, una rica variedad de climas, paisajes hermosos y el mejor café. La amabilidad de su gente y sus fincas cafeteras, convertidas en hostales y haciendas para los turistas, abren al mundo un maravilloso lugar para disfrutar.
Desde Bogotá partimos una mañana helada, recorriendo 300km de carretera quebrada bordeando Los Andes, que ofrecen alturas de 900 a 4.750 sobre el nivel del mar, además de curvas y precipicios que magnifican el paisaje (y ponen a prueba las medicinas antimareos que se aconseja ingerir antes de partir). Los tramos más altos del camino poseen gran riqueza en su tierra, lo que permite el mayor cultivo de café, yuca y plátano de la región. El clima es muy agradable y acompaña las caminatas y recorridos: ambiente seco y con una temperatura promedio de 20ºC. La característica quebrada del camino hace que el viaje se extienda durante 8 horas (25 min. Vía aérea) hasta llegar a Armenia, la primer ciudad de la región que nos dio la bienvenida.
Para ingresar a este territorio de paz, es indispensable presentar a sus pobladores: los paisas, nombre con el que se conoce a la gente oriunda de estos departamentos y que tienen un modo de ser muy amable y particular que los diferencia de otras regiones de Colombia.
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Los paisas reciben al turista abriendo las puertas de sus típicas haciendas y casonas tradicionales con su originalidad belleza y gran comodidad, dejando llegar la naturaleza a los pies de la cama.
Luego de un cálido recibimiento e instalados ya en una habitación frente a un paisaje bien verde, salimos a recorrer las calles de Armenia donde se destaca un fenómeno curioso como es la utilización tradicional de los vehículos Jeep Willis (vehículo norteamericano de la época de la Segunda Guerra Mundial), que transportan carga y personas. Alrededor de las plazas y en cada esquina, los willis se adueñan del paisaje con su porte poderoso.
Pero nadie puede jactarse de haber visitado el quindío si no se sentó en el restaurant “Los Geranios” a degustar una bandeja paisa, plato típico de esta zona, compuesto por frijoles y chicharrón de cerdo, servidos con carne molida, arroz, patacones, aguacate, huevo, chorizo, plátano y por supuesto, su arepa. Le parece mucho?, sí, los es, las porciones son bien abundantes, conviene pedir “media bandeja” acompañarlo con un jugo de lulo o guanábana y tomarse el almuerzo con mucha calma.
La región recibe el nombre de "Eje Cafetero" porque es allí donde se concentra la mayor parte de la producción cafetera del país, y para que el turista pueda conocer bien de cerca esta actividad, el Quindío ofrece el Parque del Café. Pionero en parques temáticos en Colombia y en América del Sur, el Parque del Café ofrece a sus visitantes una visión detallada de la cultura del café en un predio que supera las 24 hectáreas. Se han cultivado 32 variedades que pudimos ver en todo su proceso: desde el momento de su maduración en la planta, hasta llegar al grano que se consume en su hogar, pasando por todos los procesos de secado, tostado, etc. Los experimentados trabajadores del parque, acompañan a los visitantes describiendo en detalles toda la vida del grano de café. Recorrer la extensión del predio implica tomarse todo el día para disfrutar de un paseo al aire libre, degustar platos típicos y descubrir la gran variedad de plantas, flores y aves.
De esta cultura cafetera que impregna toda la zona con su color y su historia, nace el ícono publicitario “Juan Valdéz”, representado por un campesino paisa vistiendo sus ropas típicas y acompañado por una mula. Este personaje tan querido y emblemático, también recorre el parque dispuesto a posar en una foto con los turistas.
Muchas atracciones pueden encontrarse en este predio donde predomina el verde de la naturaleza y el maravilloso aroma del café. Es imprescindible subir al teleférico para apreciar desde las alturas las dimensiones del parque, también descubrir el Bosque de Mitos y Leyendas, la Finca Cafetera y el Show de Orquídeas. Todo esto acompañado por el sonido de acordeones de un grupo de niños que se mueven al compás de la cumbia colombiana vestidos con trajes típicos y adornados con la mejor sonrisa que he visto en años.
Para los que gustan de disfrutar de la naturaleza desde adentro, el Eje Cafetero también ofrece el Parque temático Panaca, un zoológico con características bien particulares, porque en este parque, el visitante está en contacto personal y directo con el reino animal. Y si busca disfrutar del relax y cuidar su salud, puede visitar el municipio de Santa Rosa de Cabal, donde encontrará aguas termales y un Spa Balneario para relajarse y disfrutar del barro zufrado.
El jardín Botánico : Situado en el corazón de la zona cafetera, el Jardín Botánico es el mayor orgullo de los colombianos de esta región. Impulsados por el deber de conservar, preservar y recuperar los ecosistemas propios de esta zona, este predio alberga plantas nativas, flores, cascadas y un puente colgante que conduce a un sendero de bosque andino. Un camino angosto que recorre por dentro el jardín Botánico nos dejó en la puerta de un mariposario, entrar significó descubrir una gran variedad de especies que revoloteaban alrededor nuestro, y hasta tuvimos la maravillosa experiencia de tenerlas en nuestras manos, con la supervisión de los guardaparques. Al salir, escalamos un mirador cercano y pudimos constatar que la estructura del mariposario tenía forma de una mariposa gigante que contrastaba con el verde húmedo de la naturaleza.
Siguiendo nuestro recorrido por el Quindío, en dirección al extremo nororiental, llegamos a la población de Salento, un lugar de encuentro para todos los visitantes que quieran volver a su hogar con un bolso lleno de recuerdos y nostalgia. Desde el camino de llegada, Salento ofrece al turista un colorido típico de paisajes quebrados, con montañas verdes y caminos de tierra. Alrededor de la plaza los habitantes ofrecen comidas típicas, sombreros, música, frutas y todas esas maravillas que los caracterizan. En esa plaza me sirvieron media piña con helado, frutas y oblea que extraño con locura!! Pero lo que no puede dejar de hacer bajo ningún pretexto es comerse una trucha arco iris sobre un patacón bien machacado en un restaurant tradicional.
Otros de los atractivos que puede disfrutar es la caminata, por una calle custodiada de locales de artesanías hasta el mirador del Valle del Cocora. Durante Semana Santa, esta calle se recubre de palmas que van guiando la procesión hasta el pie del Via Crucis que se eleva sobre unas escaleras construidas sobre la montaña que llevan al valle.
Para tener en cuenta en este recorrido: llevar ropa fresca y calzado cómodo porque las caminatas suelen ser largas, también se recomienda usar protector solar e hidratarse continuamente para no sufrir del calor. El recorrido en el Parque es de un día completo.
nota: Los geranios
Av Bolívar 53N-34
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